Una de las mejores
construcciones y más imponentes del mundo es sin lugar a dudas es el mausoleo del Taj Mahal. Se dice que
fue una construcción por parte de un sultán, para albergar en el centro de
dicha construcción la tumba de su gran amor, es una construcción que encierra
una innumerable cantidad de leyendas y ha servido por mucho tiempo para
inmortalizar el “amor eterno”.
Una de esas
leyendas cuenta que en el año 1607 el príncipe de la época, el cual más tarde
sería conocido como el emperador
musulmán Shah Jahan, conoció en una lonja de la ciudad india de Agra,
capital del imperio mogol entre los siglos XVI y XVIII, a la princesa Arjumand Banu Begum, de
sólo 15 años e hija del Primer Ministro de la Corte. Cuenta dicha leyenda que
la joven estaba probándose un collar de diamantes, y el príncipe que no era
precisamente pobre, le compro esa joya conquistando de inmediato el corazón de
la princesa.
Irónicamente a
pesar de ser príncipe, no todos sus deseos eran tan sencillos de cumplir y
las razones del estado le obligaron a olvidarse de aquella chica y casarse con
alguien de su mismo rango. Pero según se relata dicen que el príncipe nunca
pudo olvidarse de aquella joven que había conquistado su corazón, pero
gracias a la ley musulmana que le permitía tener varias esposas, cinco años
después de ese primer encuentro y sin haberse visto nunca más, el príncipe
pudo cumplir con su sueño y
casarse con aquella chica.
Aunque no era
la primera esposa, sí era la mujer que soñó, lucho y espero, tanto así que
tuvieron 12 hijos antes de que el dolor hiciera su aparición en esta hermosa
historia de amor. Tras varios años de dicha conyugal, el príncipe fue coronado
en 1627 tomando el nombre de Shah Jahan, ‘Rey del mundo’ y fue conocido
como un gobernante bondadoso, gran
amante de su pueblo y de la paz. Pero la felicidad nunca dura eternamente y
menos en las historias de amor que pasan a la posteridad y pronto la tragedia
sacudiría violentamente sus vidas.
A pesar de sus
cuantiosos embarazos, la soberana acompañaba frecuentemente a su marido en sus
viajes alrededor del país. En 1631, tras 19 años de matrimonio Mumtaz Mahal falleció
repentinamente al dar a luz al décimo cuarto hijo de la pareja, una niña
llamada Gauhara Begum. Antes de morir, Mumtaz le pidió a su rey que cumpliera
con las siguientes promesas: que construyera su tumba, que se casara otra
vez, que fuera bueno con sus hijos y que visitara su tumba cada año en el
aniversario de su muerte.
Con la idea de
recordar y poder venerar a su esposa el emperador mandó construir el
complejo de edificios del Taj Mahal, que
significa “Palacio de la Corona”, aunque algunos historiadores afirman que su
designación no es más que una abreviación del nombre de Mumtaz Mahal.
El Taj Majal se
construyó durante veintidós años, finalizando en 1653. Se dice que más de veinte
mil obreros participaron en la construcción de este homenaje a su amada.
El maestro de obras fue el turco Listad Isa y se dice que cuando el edificio
estuvo acabado, Jahan ordenó cortar sus manos para impedir que pudiese repetir
una obra semejante.
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